Los estereotipos, aunque no sean inicialmente negativos pueden resultar sirviendo como base para la discriminación, sea esta por motivos de raza, género, religión, discapacidad, posición económica, etcétera. Los estereotipos, en su mayoría, no son reales o lógicos, en consecuencia, los adolescentes buscan alcanzar dichos estándares de cualquier manera.
Las etiquetas sociales son de suma relevancia
en el contexto de los adolescentes de Quetzaltenango, debido a la importancia
que se le da a recibir una calificación o crítica positiva; la cual repercute
en la manera de los jóvenes de actuar, relacionarse con los demás, tomar
decisiones, etcétera.
La validación que los adolescentes reciben
por sus acciones es un factor influyente en la autoestima y autoconcepto,
debido a la proyección que las personas de su entorno tienen sobre su persona.
Como respuesta, los adolescentes asumen el papel que se les otorgó. Por
ejemplo, un adolescente el cual recibe criticas constantes sobre su escasa
habilidad con el deporte, llegará a un punto en el que tenga mentalizado que no
es hábil para practicar deportes y que nunca será capaz de hacerlo. De esta
forma solo se logra que el adolescente seda ante una serie de características
simplificadas impuestas con anterioridad y actúe con forme a estas afirmaciones
sin fomentar la búsqueda de su identidad.
Consecuencias de los estereotipos
La percepción que los adolescentes tienen
acerca de sus propias cualidades, cumplen con las expectativas impuestas por la
sociedad, tiene severas consecuencias en el nivel de autoestima, la
satisfacción personal y la estabilidad emocional de la juventud. Es importante
destacar que los estereotipos no son necesariamente negativos, sin embargo, es
indudable la presión social que repercute en la salud mental y física de los
adolescentes quetzaltecos. Tomando como ejemplo el estereotipo: “las niñas son
delicadas y amables”, es una característica positiva del género femenino, no
obstante, generaliza el rol que debe cumplir una persona basándonos en su sexo,
estableciendo expectativas sociales.
Los adolescentes son más propensos que los
adultos a utilizar etiquetas para describirse a sí mismos. En la juventud las
personas suelen encontrarse en la búsqueda de constante aprobación, cariño,
respeto y apoyo por parte de su entorno social y familiar. Esta necesidad puede
suponer un peligro para la integridad de los jóvenes ya que harán lo imprescindible
para evitar el sentimiento de desaprobación y rechazo.
Experimentar rechazo por la sociedad o querer encajar ante las etiquetas impuestas para evitar dicho rechazo han tenido repercusiones en la vida de los adolescentes, como:
- La privación de innumerables prácticas, costumbres, experiencias y hábitos, a consecuencia de las inseguridades provocadas por los estereotipos y prejuicios.
- Los estereotipos de belleza son un claro ejemplo de todo el esfuerzo, energía y tiempo que los adolescentes invierten en su imagen, desarrollando complejos con sus cualidades físicas, los cuales pueden llegar a trascender a trastornos mentales o de la conducta alimentaria.
- Alteraciones
en el estado de ánimo a causa de la valoración personal. Asimismo se ve
implicado el nivel de autoestima debido a si se alcanzan los cánones de belleza
de manera efectiva o no.
¿CÓmo evitar los estereotipos?
Es inevitable la existencia de complejos y
prejuicios en la sociedad, todas las personas como individuos tienen un juicio
personal, sin embargo, esta opinión se debe llevar con discreción para
resguardar las relaciones sociales y por ende proporcionar una convivencia más
afectiva en los círculos sociales del adolescente, de igual modo se fomenta una
actitud de respeto con las personas de su entorno.
Una manera de disminuir las etiquetas es
evitando las comparaciones, lo cual dará origen a la presencia de una forma de
pensar positiva, esta será un factor influyente en la formación de la
identidad. Al no tener un modelo de lo que se debe alcanzar, los adolescentes
desarrollarán un juicio propio y de esta manera podrán conocer sus cualidades
físicas y mentales y la manera en la que las pueden aprovechar para
desenvolverse de una mejor forma en los diferentes ámbitos de sus vidas.
Es importante comprometerse a realizar un cambio ya que esto fomentará la empatía en los adolescentes. Ser conscientes de las diferencias que otros grupos presentan, conocer la manera correcta de actuar en una situación y aceptar la diversidad que existe en la sociedad, son factores que además de mantener un ambiente de convivencia agradable ayudan a los jóvenes a tener una buena relación consigo mismos.
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